Las lluvias que se sucedieron entre el martes, miércoles y jueves de esta semana hizo que casi todos los productores de granos de la provincia comiencen con sus labores para la siembra de este año, ya que las precipitaciones están dejando en condiciones edáficas satisfactorias a los suelos, en cuanto a los contenidos de humedad, por lo que se puede decir que la siembra al día de hoy está generalizada, opinó Mario Devani, jefe de la Sección Granos de la Eeaoc (Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres de Tucumán).
Hoy estamos en buena fecha de siembra y los productores aprovecharon las lluvias que se dieron para poder realizar los barbechos y arrancar las siembras con suelos limpios. Al momento de tomar la decisión de siembra, los productores deben analizar qué es lo que se quiere sembrar y cómo se lo debe hacer para que sea la correcta.
En busca de la alta productividad, "los productores deben definir los ambientes en los cuales se encuentran, para lograr la mejor respuesta posible del cultivo que hayan decidido realizar", dijo.
Es fundamental conocer cuál es el comportamiento de su campo, cuál es su nivel de humedad, cómo manejamos las rotaciones, qué nivel de rastrojo tenemos, cuál es el tipo de suelo presente y cuál es su fertilidad, para lograr definir cuál será el manejo integral del lote a realizar, sugirió.
"Cuando el productor tiene bien en claro el ambiente en el cual está por producir, podrá realizar una correcta elección de los materiales a sembrar", definió con precisión.
Devani considera que el productor debe saber que en los mejores ambientes debe utilizar materiales de alta potencialidad y que sean adaptables, respondiendo rápidamente a las óptimas condiciones del ambiente. Dentro de este tipo de materiales tenemos, por ejemplo, sojas de Grupos Cortos (GC) como del 5.8 o 5.9 y de Grupos Largos (GL) como del 8.2. En ambientes intermedios se usarán materiales más plásticos como la 643, la 8000, la 8004 y la Munasqa.
En el caso de zonas más duras, se deben tener en cuenta manejos que permitan tener bien aceitada la economía del agua y mantener los lotes siempre limpios, para que la poca agua que pueda caer sea acumulada y no usada por las malezas, dijo como recomendación.
En lo referente al uso de la semilla, los productores deben realizar un doble análisis del poder germinativo de la semilla: uso temprano, para conocer qué semillas vamos a guardar y, uno previo a la siembra, y de esa manera poder ajustar el número de semillas a usar por metro. O sea que "en base al poder germinativo se puede definir qué siembra realizar en base al ambiente, las condiciones hídricas y al material elegido", definió.
En lo que respeta a la semilla propiamente dicha, los productores tienen herramientas clave para proteger a la futura siembra y son los "curasemillas", tanto insecticidas, fungicidas e inoculantes.
Fungicidas e insecticidas: Dependen de cómo se manejó el suelo con cultivos antecesores y conocer cuál fue la problemática de plagas y enfermedades anterior a esta siembra y, en el caso de los inoculantes, su uso pasa a ser fundamental en el cultivo actual de soja.
Malezas: Una vez definida la semilla, y cómo curar e inocular, debemos tener en cuenta dos aspectos claves. Uno de ellos es primordial y servirá para poder culminar un cultivo con cierto éxito, y es el manejo de las malezas. La Eeaoc recomienda que un porcentaje de la siembra se realice con el uso de preemergentes que sirven para afianzar aún más el sistema de siembra RR.